Universidad de Jóvenes Emprendedores y Creativos

Barbara Vastenavond y su familia escriben guías de excursiones y alimentan en equipo la revista digital YouMeKids

Sara Sans, Tarragona 28/04/2019 11:58 Actualizado a 28/04/2019 12:00

Barbara Vastenavond (Bélgica, 1977) es historiadora del arte, aunque trabaja para un grupo de investigación de ingeniería química de la URV. Hace 18 años hizo un Erasmus en Barcelona y allí conoció al periodista Rafael Servent. Hartos de no encontrar en la red lo que buscaban para su familia, en 2008, crearon ExploraTgn.cat, el primer portal web de turismo familiar del sur de Catalunya. Por esta iniciativa, Vastenavond ganó el premio Emprenem Femení de la Cambra de Comerç. El portal ha evolucionado hasta convertirse en la actual youmekids.com. Y desde 2012, la pareja y sus dos hijos, Rafel y Queralt, publican la colección Excursions amb nens des d’una àrea de picinic (Cossetània Edicions). Acaba de salir la séptima entrega.

¿Qué hay que hacer para que un adolescente de quince años vaya, contento, de excursión con sus padres?

Con los míos es fácil porque ya están acostumbrados, pero básicamente venderles la moto de a dónde vas. Necesitan algún un aliciente suplementario… Y en estas edades, les gusta más ir de excusión con amigos.

¿Por qué es importante fomentarlas?

Ir a la naturaleza relaja, sobretodo si vives en la ciudad, y también porque es un momento en el que no llevan móvil y disfrutan de lo que tienen alrededor.

“Están tan enganchados a la pantalla que se les olvida lo divertida que es una pelota”

¿Hay que prohibirles el móvil en las excursiones?

Hay que poner normas. Los móviles no se llevan, o se guardan. Siempre comenzamos y acabamos las excursiones en una área de picinic, si sacas una pelota o les propones un juego, les encanta y se lo pasan bien. Pero están tan enganchados a la pantalla que a veces se les olvida. Lo fácil es darles el móvil y tenerlos quietos y callados, pero luego no les pidas que hagan algo porque tu misma los has puesto delante de la tele, o del teléfono o de la Play… Si no provocas estos espacios, tampoco los encontrarás cuando los quieras.

Menos móvil y más charla…

Nosotros intentamos estar juntos durante la cena. Es el momento en el que nos explicamos nuestro día. Y tampoco puedes ir con una batería de preguntas. Ellos no responden si tu no das. Creo que muchas cosas se pueden evitar o solucionar si se explican, si se construyen estos momentos de confianza… puede ser la cena, la comida o el desayuno o caminando durante una excursión…

“Tras un día al aire libre estábamos más contentos y quisimos compartirlo”

¿C ómo empezaron a escribir las guías?

Ni Rafa ni yo éramos de caminar pero con los niños teníamos la necesidad de hacer y ver cosas distintas. En Tarragona tenemos un entorno espectacular y empezamos a salir. Tras un día al aire libre estábamos contentos y pensamos: si nosostros nos encontramos así, igual podemos ayudar a otra gente. Nos planteamos hacer guías muy sencillas. Rafa dijo, que teníamos que hacer una guía para pixapins, para gente no acostumbrada a caminar y que no quiere perderse cinco veces…

Y las preparan en familia.

Si. Vamos todos a todas partes. Montamos la tienda en un campo base y estamos allí tres semanas. Buscamos un punto intermedio y que la distancia máxima para llegar a un sitio sea de una hora. Tampoco éramos de camping pero lo probamos y nos encantó.

¡Es una supermamá!

No sé si es supermamá, pero soy una madre vocacional. Desde pequeña siempre he tenido claro que quería ser madre. Es un compromiso que tomas y me sale así.

“Las cosas las aprendes haciéndolas, no memorizándolas”

¿Ha crecido con ellos?

Sí, mucho. Nuestra filosofía es que las cosas las aprendes haciéndolas, no memorizando. Yo creo que el conocimiento viene de picar muchas cosas, verlas y practicarlas y eso es lo que nos gusta hacer con ellos y lo que nos gusta compartir con los lectores. Por ejemplo, el año pasado fuimos a Nueva York y la zona de Boston. Hicimos una planificación con el presupuesto que teníamos, cada uno dijo lo que quería ver y entramos en todas las webs… Al final, todo es un aprendizaje para ellos y para nosotros. No se trata de decir que quiero ir a Nueva York y venga… Las cosas no son tan fáciles, cuestan un dinero y hay que escoger. En la vida siempre hay que escoger, no se puede hacer todo. Y así van aprendiendo. Durante mucho tiempo estuvieron insistiendo que querían un perro… Bueno bien, pues ahorraron para comprarlo pero antes hicimos una previsión de lo que costaba al año tener un perro.

¿Cuál es su máxima aspiración como madre?

Que mis hijos sean felices, que vivan contentos con lo que hacen, que estén satisfechos, que sean buenas personas…

“Intento sacar el máximo en cada momento, y si algo no me gusta trato de cambiarlo”

¿Y está satisfecha?

Mucho. Y no me cuesta adaptarme a las cosas. Por el trabajo de mi padre, de pequeña mi familia viajó mucho, estuve en nueve escuelas diferentes: de Bélgica a Colombia, desde los tres años estuvimos diez viviendo en Sudamérica. Íbamos de una ciudad a otra… Yo no tengo amigos desde la infancia, tengo amigos de cada sitio. Pero eso me ha enseñado a que hay que vivir el momento, gozar de las cosas, no esperar a cuando sea mayor… Yo hago lo que me gusta y me adapto, trato de sacar el máximo de cada momento. Si no me gusta algo intento hacer algo para cambiarlo. Por ejemplo, hay cosas de las escuelas, como en todo, en que puedes quedarte quieto y criticar o ponerte en el AMPA y tratar de modificar. Contribuir.

¿Eso lo vivió en su casa?

La manera de educar a mis hijos, de forma comprometida, sí… De hecho mi madre siempre ha hecho voluntariado. Todavía ahora. Como sabe castellano y en Bélgica hay mucha gente en la prisión detenidos por tráfico de drogas y que no tienen a nadie, ella va una vez por semana para que les expliquen cosas… Creo que es una buena forma de vivir. Mi hija me dice que soy demasiado happyflower, que quiero cambiar cosas y que no siempre se puede. Pero cuando me comprometo a algo, me comprometo al cien por cien.