Universidad de Jóvenes Emprendedores y Creativos

Mantener la calma en una crisis es más fácil decirlo que hacerlo. Cuando afrontamos una emergencia, la adrenalina aumenta y los pensamientos saltan de un lado a otro en nuestra cabeza. Estas reacciones rápidas e impulsivas son útiles a la hora de enfrentar  catástrofes naturales o accidentes, pero no lo son en el mundo de los negocios, donde tales acciones suelen crear más problemas que soluciones.

Te presentamos tres escenarios adversos a los que podrías enfrentarte y técnicas para que no te dejes llevar por el pánico y salgas adelante con éxito.

1. No alcanzar a cumplir la fecha límite

Tener que cumplir con una fecha siempre suena un poco intimidante. Digamos que estás preparando el lanzamiento de tu tienda online y necesitas tener todo listo (la publicidad, los clientes iniciales y el equipo para coordinar las órdenes). La persona encargada de la programación te dice que necesita una semana más para poder completar sus tareas. ¿En modo de pánico, tratas de adelantar como sea el proyecto o empiezas a llamar para cancelarlo todo…? Esta no es la mejor solución.

Una aproximación más pensada y tranquila es sentarte con tu productor y preguntarle con qué cosas puede comprometerse a mantener la fecha de entrega original. Si es que no encuentras una solución favorable, recalendariza sólo las cosas extras, no lo esencial.

2. Perder un cliente importante

Sin clientes no hay negocio. La mayoría de los emprendimientos y pequeñas empresas dependen casi exclusivamente de ellos para funcionar, sobre todo al inicio. Si sólo tienes uno o dos clientes grandes, la salida de alguno de ellos puede poner mucha presión en el  negocio.

Una reacción de pánico sería dejar todo botado y poner todos tus esfuerzos por retener a la oveja descarriada. En lugar de eso, analiza objetivamente qué fue lo que salió mal y si ya no hay nada que hacer, ajusta los esfuerzos de ventas cuanto sea necesario, haciendo recortes presupuestarios hasta que encuentres un reemplazo acorde.

3. Enfrentar un nuevo competidor

Es fácil estresarse cuando nuevos competidores emergen en el mercado y tu negocio se ve amenazado. En vez de caer en modo de pánico y comenzar a bajar los precios o cambiar radicalmente la forma en que manejas tu emprendimiento, comienza a pensar en ideas para responder a este nuevo escenario y ponlas a prueba con estudios, focus groups o lo que sea que te permita entender qué quieren tus clientes y qué necesita la industria.