Universidad de Jóvenes Emprendedores y Creativos

El 80% de los estudiantes reconoce que nadie les ha enseñado a estudiar y la mayoría todavía usa técnicas poco útiles. Un estudio con más de 3.400 estudiantes revela que, a pesar de la variedad de métodos disponibles, muchos recurren a la memorización de última hora, cuando técnicas como la autoevaluación y el estudio espaciado son más eficaces.

Según el informe PISA, los adolescentes españoles dedican de media unas 18 horas semanales a hacer deberes y estudiar. Sin embargo, ¿qué pasa si no lo hacen bien? Un estudio con más de 3.400 alumnos de Secundaria en Catalunya, publicado este jueves, destaca que a pesar de la mezcla de métodos empleados, la mayoría sigue usando la memorización de última hora, una técnica demostrada como poco eficaz para el aprendizaje. Publicado en la revista científica Cognitive Research: Principles and Implications, el trabajo revela otro dato preocupante: el 78% de los encuestados afirma que nunca les han enseñado en clase los métodos más efectivos para adquirir y consolidar conocimientos.

Donald Norman, una eminencia de la psicología cognitiva, lo dejó escrito en 1980: “Resulta extraño que esperemos que los alumnos aprendan y sin embargo rara vez les enseñamos cómo se aprende”. Un cuarto de siglo después, Héctor Ruiz, investigador de la International Teaching Foundation, lo expresa de otra manera: “Es como si pides a los niños que naden pero no les enseñas a hacerlo. Harán lo que puedan, y pocos descubrirán que la mejor forma de hacerlo es el crol”. Ruiz es coautor del estudio junto con Marta Ferrero de la Universidad Complutense de Madrid y Fernando Blanco de la Universidad de Granada.

En una conversación con elDiario.es, los investigadores se muestran más “entristecidos” que “sorprendidos” de que esta siga siendo una asignatura pendiente en las aulas españolas. A pesar de la creciente difusión de la idea de que los escolares deben aprender a aprender, no se enseñan explícitamente las estrategias más eficaces ni cómo aplicarlas. Ferrero sugiere que estos hábitos deberían introducirse progresivamente desde la enseñanza Primaria.

Al estudiar en casa, y más allá de las particularidades de cada asignatura, las técnicas menos útiles, que requieren menor elaboración, incluyen subrayar, releer y memorizar en un corto período de tiempo, lo que comúnmente se llama empollar el día antes del examen. En contraste, técnicas más complejas como la evocación —ponerse a prueba con preguntas, resumir con tus propias palabras, exponer el contenido a alguien o crear analogías— son más efectivas para consolidar lo aprendido.

Bajo esta premisa, los autores del estudio encuestaron a 3.401 estudiantes de 27 centros diferentes para ver si sus técnicas de estudio están vinculadas a las notas que obtienen. La muestra incluye alumnos de 1º a 4º de ESO, lo cual es inusual en España para cuestionarios de este tipo en la enseñanza obligatoria.

Muchos estudiantes buscan comprender, pero terminan memorizando. Aunque combinan diversas técnicas de estudio, las más comunes son la memorización pura y dura y las comprobaciones de comprensión. Las técnicas menos empleadas incluyen subrayar y releer, así como algunas de las más útiles, como la evocación y el estudio espaciado. Ruiz explica que los estudiantes intentan comprender lo que estudian, pero a menudo terminan memorizando, lo cual es suficiente para aprobar y obtener buenas notas con el sistema de evaluaciones actual.

Ruiz argumenta que no basta con enseñar a los alumnos cómo deben estudiar. «Enseñárselo es fácil, lo difícil es conseguir que usen los métodos eficaces. Si ahora tienen éxito académico memorizando, ¿por qué van a cambiarlo? Si tu objetivo es sacar buenas notas y memorizar ya te sirve, ¿por qué recurrir a métodos que requieren mayor esfuerzo y planificación, aunque sean más efectivos para un aprendizaje duradero y profundo?», explica este neurobiólogo.

Ferrero añade que sería interesante ver en Primaria cuánto valoran los estudiantes el deseo de aprender frente al de aprobar, en comparación con Secundaria.

En cuanto a la relación entre métodos de estudio y resultados, la mayoría de las técnicas más elaboradas correlacionan con un buen desempeño académico. Sin embargo, en lo referente al estudio espaciado, los resultados no fueron los esperados. Los académicos se muestran prudentes, dado que la encuesta tiene sus limitaciones: por ejemplo, es posible que los alumnos que planifican mejor el estudio sean aquellos con un mayor nivel cognitivo.

Además, el estudio destaca las principales distracciones al estudiar. Uno de cada cuatro alumnos reconoce que siempre o casi siempre estudia con música de fondo (25,3%) y un 24,2% consulta recurrentemente el móvil sin relación con la tarea escolar. Solo el 3,8% estudia con la televisión de fondo.