Universidad de Jóvenes Emprendedores y Creativos

La primera impresión juega un rol fundamental cuando se trata de la percepción que puede tener un empleador sobre un postulante. Lo que digas en esta primera fase puede hacer una gran diferencia en el resultado.

De hecho, algunos empleadores toman la decisión de rechazar a un candidato basado en cosas que no hicieron cuando se conocieron. Es por eso que es muy importante poner atención en la forma y las cosas que dices y haces al presentarte en una entrevista de trabajo.

Para que alcances el mejor resultado te damos a conocer las claves en cada fase de la postulación y los consejos necesarios para mostrarte bajo tu mejor luz:

1.Cómo presentarte

Cuando llegues al lugar de la entrevista anúnciate con la secretaria o recepcionista dando tu nombre completo y el propósito de la reunión. De esta forma serás llevado hacia la sala de reuniones o a la oficina del empleador.

Nuevamente, al toparte con tu entrevistador preséntate para que sepan quién eres, no esperes que ellos pregunten por tu nombre. Esto será una primera impresión esencial.

Siempre ofrece dar la mano, aun cuando el entrevistador no lo haga primero. Esto es un acto de buena educación que hará que tú te veas bien ante la persona que tienes en frente. Dile a quien te entreviste que es un gusto conocerlo, sonríe y asegúrate de hacer contacto visual.

2. Durante la entrevista

A veces, el encargado de hacer las entrevistas comenzará la conversación con una frase que puede ser muy amplia y difícil de enfrentar: “dime algo sobre ti”.

La base para responder a esta pregunta debe enfocarse en los elementos claves que puedan resumir tu propia experiencia y, al mismo tiempo, que te hagan ver como una persona apta para ese trabajo.

Para lograr esto, debes revisar y analizar las características del trabajo previo a la entrevista y así resaltar tus intereses, habilidades, experiencias y cualidades personales que te hagan cumplir con los requisitos sin que se perciba de manera tediosa y muy extensa.

3. Sé breve

Tu presentación debería ser lo suficientemente sencilla y concisa para mantener el interés de tu entrevistador. Generalmente, una recapitulación rápida de tus cualidades más relevantes debiese ser suficiente.

Claramente, puedes agregar datos que no sean esenciales para el trabajo, pero que reflejen quién eres a partir de tus propios gustos. Tu meta es conectarte personalmente con el entrevistador para mostrarle que estás calificado para trabajar en la empresa.

Siempre tus comentarios iniciales deberían mostrar entusiasmo por el trabajo y por la organización. Sin embargo, no te sobrepases y des un discurso eterno que se convierta en un monólogo de tu vida.  La persona que te esté entrevistando tiene que hacer otras cosas y cuenta con tiempo limitado, por lo que mantén todas las introducciones breves para así continuar con la siguiente pregunta.

4. Anticípate

Seguramente tu potencial jefe querrá saber un par de datos más además de los que ya estaban planteados inicialmente. Para esto, es necesario que pienses de antemano qué podrían peguntarte en la entrevista y que además no te apures en responder con lo primero que salte en tu cabeza.

Prepárate teniendo en mente ejemplos de tu experiencia, si has trabajado como voluntario, qué proyectos académicos has realizado o cualquier otra cosa que te distinga del resto.

Como consejo adicional, te recomendamos que estés atento a tus modales. Sin importar el trabajo al cual estés postulando, la primera fase de la entrevista se verá marcada por tu grado de educación y tus buenos tratos.

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